Estrellas gemelas 7

He vuelto. Tras un tiempo en blanco vuelve la inspiración y con un fragmento importante de la historia. Comienzan los problemas. Espero que os guste.

La noche estaba cayendo.

Las dos princesas regresaban al interior del palacio tras pasar toda la tarde jugando en el jardín.

- ¡Yo llego primero! – Exclamó Sophiria echando a correr.

-¿Cómo? Yo corro más. – Respondió Aelithia corriendo tras Sophiria.

Las dos pequeñas corrían y se reían hasta que Sophiria tropezó con una rama y cayó al suelo.

-¡Sophiria! – Gritó Aelithia asustada. - ¿Estás bien?

- Duele… - Respondió Sophiria.

Cuando Aelithia llegó al lado de su hermana pudo ver que Sophiria tenía las rodillas sangrando. Se asustó.

- No tiene buena pinta – Dijo.

- ¿Me ayudas a entrar? – Preguntó Sophiria.

- ¡¡Sí!!

Aelithia intentó levantar a su hermana pero Sophiria no podía mantenerse de pie.

- Ve a buscar a alguien… - Dijo Sophiria. - ¿Aelithia?

Aelithia se había quedado completamente quieta, como concentrada en algo.

-¿Qué pasa?- Preguntó Sophiria preocupada.

- Sombras que habitáis en la noche…

-¿Aelithia? - Sophiria comenzaba a asustarse. - ¿Qué estás diciendo?

- … Tinieblas que ocultáis la luz…

-¡¡¡Aelithia!!!

- … Brillo de la luna que me das tu poder. – Recitó Aelithia mientras levantaba la cabeza para mirar a su hermana. – Cúrale.

Las manos de Aelithia se cubrieron de una neblina azulada. Las acercó a las rodillas heridas de su hermana poco a poco la neblina azulada fue haciendo desaparecer las heridas.

Pero Sophiria ya no se daba cuenta ni de el dolor de la herida, que ya había desaparecido, ni de que ya no tenía siquiera una marca de la caída.

Solo se podía fijar en una cosa.

El color dorado que le gustaba de los ojos de su hermana se había transformado en un color amarillo brillante.

Los ojos de su hermana eran como los ojos de una bestia.

Anterior          Siguiente