Próximas entradas

Biografía de un fantasma Capítulo 3 (parte 1) - 31/10/14
La doncella del mar 36 - Desconocido
Estrellas gemelas 59 - Desconocido
Estrella oscura 2 - Desconocido

jueves, 31 de octubre de 2013

Biografía de un fantasma - Prólogo

¡FELIZ HALLOWEEN!

Como dije ayer, quería hacer algo especial por halloween así que aquí os dejo con esta historia que se me ocurrió de la forma más tonta posible y que poco a poco se fue convirtiendo en una historia.

Biografía de un fantasma. El propio título lo explica todo.
Os dejo con esta peculiar historia de fantasmas.

Bueno… ¿Cómo puedo empezar esto? Nunca he leído una biografía y menos he escrito una…

Supongo que lo primero es lo primero:

Mi nombre es Nelfanth, Nelfanth Tomrag, y estoy muerto.


Sí, sí, muerto.

No como cuando dices “estoy muerto” cuando estás muy cansado ni el “estoy muerto” de cuando llegas tarde a casa y sabes que tu madre te espera en la puerta para echarte una bronca.

Es “estoy muerto” de la forma en que muy pocos pueden decirlo, porque claro, ningún muerto se levanta de su tumba y le dice que está muerto al primero que pasa por ahí.

Estoy muerto, y puedo decirlo porque soy un fantasma.
Lo siguiente que preguntaría la gente sería algo del tipo “¿Cómo moriste?” … Bueno, eso es lo que yo le preguntaría a un fantasma cuando lo viera, pero claro, la gente que no está muerta no suele detenerse a preguntarle a un fantasma, lo que hace es huir.

Un poco de educación, por favor, que no contagio, no os vais a morir por deteneros un rato a hablar conmigo.

¿Es que nadie tiene un mínimo de respeto por los muertos?

Bueno, dejando a un lado el que los fantasmas también tenemos corazón y sentimientos, volvamos a la pregunta de antes.

¿Cómo morí?

Pues no tengo ni idea.

En serio, no sé cómo morí.

Un día estaba con mi familia y mis amigos, yendo a clase y saliendo a divertirme, todo eso que hace un estudiante normal, y al día siguiente estaba solo, encerrado en esta mansión, transparente y haciendo cosas de fantasmas.

Y sí, transparente, puedo ver a través de mi cuerpo y lo que hay detrás de mí si me miro en un espejo.

Y, por cierto, sigo igual de guapo que cuando estaba vivo, no soy de esos fantasmas de los castillos medievales que llevan una sábana agujereada y arrastran unas cadenas.

Sigo siendo el Nelfanth alto, guapo, rubio y de ojos verdes que era antes… El único cambio es que ahora soy transparente y estoy pálido.

No pálido como cuando estás enfermo o como cuando te asustas.

Pálido como cuando un póster se pasa demasiado tiempo al sol y poco a poco pierde su color.

Mi piel ligeramente bronceada está pálida, mi pelo mi pelo rubio dorado está pálido, mis ojos verde esmeralda están pálidos, incluso mi ropa está pálida… y se puede ver a través de mí.

Y en cuanto a hacer cosas de fantasmas… Pues lo típico.

Me despierto por la mañana y recorro la mansión atravesando las paredes, muevo algunas cosas de sitio porque la gente no deja de quitar las cosas de su sitio…

Pero no, no pueden dejarme tranquilo, que si yo digo que el jarrón tiene que estar sobre la mesita no quiero que lo pongan sobre la chimenea, ¿es que nadie puede entenderlo?

Si siempre dejo las cosas en el mismo sitio será por algo, ¡dejad de asustaros cada vez que ordeno la casa!

No negaré que es divertido el asustar a la gente, pero se vuelve aburrido cuando gritan a cada mínima cosa que haces.

Ordenas la casa, grito.

Abres una ventana porque hace calor, grito.

Cambias de canal, grito.

Te miras al espejo, grito.

Juegas con el perro, grito.

El gato te mira, grito.

Te quedas quieto y te tocan, grito.

Venga ya, la gente sabe hacer aburrida mi única fuente de diversión.

Y ya es el colmo cuando llaman a médiums y caza fantasmas.

Hablemos primero de los médiums.

La gran mayoría de los que han venido son estafadores.

¿Cómo se pueden llamar médiums si me planto delante de ellos haciéndoles señas y se van a buscarme a otra habitación?

Esos estafadores me han descrito de todas las formas habidas y por haber.

Que si una niña pequeña que busca a su madre, que si un anciano gruñón que no quiere que un extraño se quede con su mansión, que si una hermosa mujer que murió el día antes de su boda, que si un antiguo soldado muerto que regresó a casa queriendo despedirse de su familia, que si una joven violada y asesinada…

¡Incluso han llegado a decir que soy un elfo travieso o un duende!

¿A ninguno se le ha ocurrido que puedo ser un chico normal?

Bueno, volvamos al tema y dejemos de hablar de lo divertido que es asustarlos representando al personaje que inventan…

Sigamos con los pocos médiums verdaderos que han venido a verme…

Sólo puedo decir una cosa sobre ellos: es agradable poder conversar tranquilamente con alguien de vez en cuando.

Aunque claro, como no consiguen que me vaya de esta mansión, cosa que a mí también me gustaría, y yo tampoco soy de mucha ayuda a la hora de averiguar qué es lo que me retiene aquí… No suelen volver muchas veces.

La amistad es efímera.

Mmm… ¿Y ahora qué iba?

¡Ah, sí! Los caza fantasmas.

Con ellos ocurre lo mismo que con los médiums: la mayoría son falsos.

Eso sí, es mucho más divertido asustarles a ellos.

¿Que ponen una cinta para grabar mi voz?

Pues les canto alguna canción de moda o les leo poesía. ¿Quién sabe? Tal vez un cazatalentos me encuentre y pueda entrar al mundo de la música.

¿Qué usan cámaras térmicas?

Pues dibujo algo con cubitos de hielo o me pongo a bailar lo último de las pelis de la tele. Aún sigo intentando hacerme famoso.

¿Qué usan la ouija?

Eso sí que es divertido.

¿Estás ahí? No.

Dinos cómo te llamas. Yo no me llamo, me llaman los demás.

¿Estás entre nosotros? No, estoy detrás de vosotros.

¿Qué es lo que quieres? Ahora mismo una pizza.

Dinos algo. Algo.

Olvidemos los millones de chistes que se pueden hacer con eso y sigamos.

Los verdaderos caza fantasmas…

Esos son realmente peligrosos, la mayoría ya te está lanzando agua bendita antes de presentarse.

¿Es que esos fanáticos no entienden que yo también quiero salir de aquí?

En fin, no es que no me guste tomarme una ducha, pero cuando te está mirando fijamente un tío con una cara de malas pulgas… Como que no es fácil relajarse y disfrutarlo…

Y terminado esto volvemos a mi pasatiempo: asustar a la gente.

Desde que desperté aquí esa ha sido mi única diversión.

Vale, de acuerdo, no es que ver la tele o escuchar música sea aburrido, pero cuando otros eligen el programa y la música o empiezan a gritar cada vez que impones tu opinión… Deja de ser tan entretenido.

Y por eso es por lo que, aunque intente dejarlo con todas mis fuerzas, siempre vuelvo a asustar.

He de decir que esto de asustar es muy bueno para desarrollar la creatividad. Si usas los mismos trucos una y otra vez es aburrido así que te inventas unos nuevos… Aunque tengo que recordar que ese de hacer como que los peluches se mueven no es buena idea, los niños suelen gritar emocionados algo sobre una película.

Pero bueno, debo de ser bueno, porque en los pocos años que llevo aquí he asustado a unas cuantas familias, médiums y caza fantasmas.

¡Oh! Se me olvidó decirlo, la mansión lleva un año “abandonada”…

No está realmente abandonada ya que yo la limpio de vez en cuando y vivo aquí, pero la gente insiste en que está abandonada.

Parece que han encontrado comprador y que viene mañana.

Dejo esto por hoy, voy a preparar los trucos.

No os sorprendáis, cualquier persona que tenga que hacer una actuación hace preparativos y ensaya, los fantasmas no somos diferentes… O eso supongo, nunca he visto uno cerca de la mansión…

No es hora de deprimirse, toca practicar, mañana es el gran día.

*Nota añadida posteriormente: realmente no sabía lo que me esperaba.*



Siguiente

2 comentarios: