Estrellas gemelas 36

Parece que siempre utilizo el clima para representar sentimientos o hechos y una tormenta que se acerca siempre representa problemas...
Parece que se va a acabar el descanso de Aelithia.

- Se acerca una tormenta. – Dijo Aelithia al entrar en la casa.

- La vi antes, ya he tapado el huerto, no les pasará nada a las plantas. – Respondió Lie poniendo platos y cubiertos en la mesa de la cocina.

- Menos mal. – Respondió Aelithia cogiendo la olla y sirviendo macarrones en los latos de ambas. – No tengo ganas de tener que recorrer otra vez los cuatro reinos buscando semillas extrañas.


Lie se rió, aún recordaba a Aelithia con diez años intentando regatear el precio de las semillas con un hombre que la doblaba en altura y casi la cuadriplicaba en peso.

El hombre quería vender las semillas por un precio más alto del que Aelithia ofrecía por ellas y no dudó en intimidarla con su tamaño, pero la pequeña se mantuvo firme y el hombre acabó cediendo.

- Aún me acuerdo del pobre mercader – Dijo Lie entre carcajadas.

- ¿Pobre mercader? Se aprovechaba de los que eran más débiles que él para tener mayores ganancias. Sólo lo puse en su sitio – Contestó Aelithia seria y en una pose de chica estirada.

- Lo intimidaste con una ilusión. – Dijo Lie entre carcajadas.

- Solo le hice creer que era un poquito más alta y fuerte. – Aelithia no pudo contener la risa. – Puso una cara de miedo muy graciosa.

- Pobre hombre, creo que heriste su orgullo cuando vio a una niña de diez años marchándose contenta con una ganga que él le había vendido a una adulta.

- Culpa suya por intimidar. – Respondió Aelithia.

Las dos siguieron hablando y riendo durante la comida.

La tormenta llegó hasta la pequeña isla. 
 
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