Como parece que si me pongo a escribir me cunde bastante pongo un día de salida de los fragmentos de La doncella del mar: los martes.
Como suelen decir "La calma que precede a la tormenta" así se podría resumir el fragmento.
La pequeña seguía corriendo de un lado a otro con su vestido azul pálido.
Siguiéndola desde no muy lejos su madre temía que la curiosidad de la pequeña la llevara a trepar por alguno de los mástiles para ver el mar desde mayor altura o que se asomara demasiado por la barandilla y se cayera al agua.
- No te preocupes tanto por ella, no es tan temeraria. – Dijo un joven abrazándola por la espalda.
Giró la cabeza para verle. El joven no tenía mucho más de veinte años y ella tenía unos pocos menos.
Los padres de ambos habían sido amigos desde niños y sus madres se habían hecho buenas amigas. Como ocurría en multitud de casos parecidos, sus padres los habían prometido al nacer ella.
Ninguno de los dos jóvenes se opuso, habían sido amigos desde pequeños y al final se habían enamorado el uno del otro.
- Lo sé, Ceil, pero aun así estoy preocupada. – Dijo la joven dejándose caer contra el pecho de su marido.- Noto algo extraño en el ambiente, como si fuera a estallar una tormenta a pesar de no haber una sola nube en todo el horizonte.
Se quedaron en silencio observando a la niña.
La joven nunca había fallado cuando predecía una tormenta.
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Yo me quedo con otro dicho, el de que después de la tempestad vuelve la calma. Espero que la tormenta dure poco tiempo.
ResponderEliminarsilvido*....
ResponderEliminarSigue esperando, tal vez suceda XD