Comienza una nueva parte, otro lugar, otras personas, pero siempre Estrellas gemelas.
Es un poco largo pero espero que os guste
La aldea estaba tranquila.
Un agradable viento llegaba desde las montañas e invitaba a los habitantes a pasear y charlar con los vecinos.
Todos vestían ropas ligeras y finas, confeccionadas con materiales suaves.
Había quienes vestían de colores claros y quienes preferían colores vivos, pero todos tenían el mismo aire etéreo, como si fuesen capaces de elevarse en el aire y volar por el cielo en cualquier momento.
- Buenos días. – Saludó una mujer a una muchacha. - ¿Paseando? Hace un bonito día.
La muchacha se giró y miró a la mujer.
Era de constitución delgada, de piel clara y pelo aún más claro. Sus ojos grises eran amables y miraban a la muchacha con cariño.
- He venido a comprar, aunque es verdad que dan ganas de quedarse un rato paseando. – Respondió la muchacha. -¿Ese vestido es nuevo?
La mujer era guapa y el vestido azul que llevaba la hacía aún más bella.
Todavía era joven, al menos para la tribu del aire, ellos envejecían más lentamente que el resto de los habitantes de Atharan.
- Sí, lo es, me lo ha regalado mi marido, hoy es nuestro aniversario de bodas. – Respondió la mujer con una gran sonrisa. – Ya son cinco años.
- Felicidades. – Respondió la muchacha sonriendo. – Te queda muy bien, yo aún no me he acostumbrado a vuestra ropa, parece que me esté vistiendo con aire.
La mujer sonrió.
-¡¡Mami!! – Exclamó un niño que se acercaba corriendo.
El niño se abrazó a la pierna de la mujer.
- Hola, Serim. – Dijo la muchacha.
- ¡Hermanita! – Exclamó el niño. - ¿Te quedas a jugar con nosotros?
El pequeño niño tenía el cabello blanquecino revuelto y miraba a la muchacha con unos brillantes ojos violetas.
- Lo siento, Serim, tengo que llevar la compra a casa y preparar la comida. Otro día me quedo.
El niño se entristeció.
- Los niños te adoran. – Dijo la mujer cogiendo al niño en brazos. – Otro día quédate a comer.
- Encantada. – Respondió la muchacha. – Hasta luego.
- Dile a la doctora que si queréis trasladaros a la aldea sois bienvenidas – Dijo la mujer mientras la muchacha se alejaba.
-Llevamos diez años en esa casa, la maestra le ha cogido cariño, no creo que quiera mudarse. – respondió la muchacha despidiéndose de la mujer y el niño con la mano.
Miró hacia delante y el viento hizo que su melena ondeara.
A pesar de ser claro su pelo resaltaba en aquella aldea de la tribu del aire, el tono marrón delataba su origen.
Anterior Siguiente
Ves como lo leo y paso por el foro^^
ResponderEliminarQue te sigo o no lo ves.
Solo veo que hay una visita al fragmento.
ResponderEliminarY si comentas el fragmento di qué te parece u.u
No va mal la historia, Lady Manga, espero que siga así la segunda parte y ganes seguidores.
ResponderEliminarPD: nunca te has planteado crear recortables de Alethia o cualquier otro personaje, jeje...
Sí que pensé lo de los recortables, en algún momento los haré y los subiré al foro XD
ResponderEliminarYa avisaré.