Y aquí está el siguiente fragmento, por los pelos, casi no lo escribo a tiempo.
Espero que no sea demasiado improvisado, no creo, le estuve dando vueltas antes de escribirlo, aunque, como siempre que escribo, la mitad me va surgiendo sobre la marcha XD
Habían pasado casi diez años desde que Aelithia escapó de su hogar con Lie.
Aquella noche en la que su vida cambió drásticamente aún le provocaba pesadillas, ya no sabía las veces que se había levantado en mitad de la noche gritando el nombre de sus padres o el de Alekian.
Por mucho que Lie le dijera que no era su culpa, Aelithia sentía que podría haber evitado, como mínimo, la muerte de Alekian si no se hubiese quedado inmóvil.
Aquella noche había tenido el poder suficiente para vencer a Serian, para salvar a Alekian, pero no lo había utilizado, había estado demasiado ocupada sintiendo lástima por sí misma, demasiado ocupada pensando en la muerte de sus padres, demasiado ocupada como para ayudar a Alekian. Y por ello lo había perdido.
Cuando llegó con Lie a aquella pequeña isla aún continuaba en estado de shock, Aelithia no recordaba qué hizo aquella noche después de que Lie la alejara de Serian, ni siquiera recordaba en qué momento creó su piedra mágica.
Tan solo recordaba que al día siguiente una piedra, mitad blanca plateada mitad negra azulada, estaba en su mano cuando despertó.
Una piedra que era como ella: mitad luz, mitad oscuridad.
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