Y un fragmento cortito, para que no tengais que leer demasiado. Sigue la intriga, no se responde ninguna pregunta, aparecen más.
Una sombra encapuchada caminaba por el salón en el que había comenzado la cruel persecución a la pequeña princesa.
Se deslizaba entre los guerreros y los lobos comprobando hasta dónde habían llegado los daños en ambos bandos durante el combate.
Doce lobos muertos, cinco heridos, unos veinte hombres heridos, ninguno muerto.
La sombra frunció el ceño, no le gustaba el curso que tomaban los acontecimientos.
Se acercó a los reyes.
Aún en muerte conservaban el aire de nobleza que hacía que la sombra sintiera respeto hacia aquellos que habían dado su vida por proteger a su hija.
- Descansad en paz, yo me ocuparé de proteger y cuidar a la princesa. – Prometió la sombra. – No dejaré que el odio sin sentido borre la sonrisa de su cara.
Se bajó la capucha dejando ver el rostro de una joven mujer.
- Es hora de detener esto.
Se giró y echó a correr hacia el jardín del palacio.
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