La joven
sirena que se encontraba en el agua vio aliviada cómo la niña era salvada por
la que parecía ser su madre.
Pero la
hermosa joven de pelo anaranjado se precipitaba hacia el turbulento mar. Lo más
posible era que no consiguiera salir a la superficie.
Le hizo
un gesto al delfín y ambos se hundieron bajo las olas, nadando rápidamente
hacia la joven.
Bajo el
agua, Nisela luchaba contra la corriente mientras intentaba colocarse y averiguar
hacia dónde estaba la superficie.
Poco
después vio cómo una sirena de pelo verde y un pequeño delfín nadaban hacia
ella.
La
sirena, que parecía muy joven, cogió a Nisela y la llevó hacia la superficie.
- ¡Mami!
– Gritó Leira cuando vio a su madre en el agua. - ¡Papá! ¡Mami está allí!
- ¡Entra
dentro! – Le dijo a la niña mientras corría a por un salvavidas.
La niña
se movió con cuidado hasta una puerta y entró. Una vez dentro, corrió hacia una
de las ventanitas para ver cómo su padre lanzaba el salvavidas a su madre.
-
¡Nisela! ¡Cógete! – Gritó con todas sus fuerzas, intentando que su esposa le
oyera entre el fuerte ruido del viento y las olas.
Nisela
nadó hacia el salvavidas, llegando hasta él no sin esfuerzo.
Un rayo
iluminó el cielo al mismo tiempo que una gran ola arrastraba a Nisela, haciendo
que se golpeara contra el casco del barco.
-
¡¡Nisela!! – Gritó Ceil, pero ella no pudo oírlo, el fuerte golpe la había
dejado inconsciente.
Pues a mí me pasa igual: tampoco sé que comentar.
ResponderEliminarXDDD
ResponderEliminarpero al menos sé que lo lees....