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lunes, 27 de octubre de 2014

Biografía de un fantasma - Capítulo 2 (parte 2)

No sé qué decir así que os dejo disfrutar con el pobre fantasma.

La puerta se abrió mientras yo "dormía" pacíficamente. Nunca he visto dormir a un fantasma así que no sé si es igual que el sueño de un vivo pero supongo que se le puede llamar igual ya que, como ellos, sueño mientras estoy en ese estado.

Si bien no recuerdo qué estaba soñando, si recuerdo cómo desperté: mal, muy mal.

Si bien fue por el sueño o por la repentina presión en mis muñecas y tobillos no lo sé pero di un brinco... O lo habría dado de no estar atado de pies y manos al sofá.


Lo sé, lo sé, soy un fantasma y puedo atravesar las cosas pero os aseguro que lo intenté y no lo conseguí, ¿de dónde ha sacado esa chica las cuerdas..?

Estaba desconcertado y desesperado por soltarme hasta que una suave y dulce risa a mi lado hizo que me girara. Obviamente, como suponéis, el mayordomo pelirrojo no era y por ello la imagen de la muñeca adorable y dulce que tenía en la cabeza se rompió aún más...

Ahora entiendo a esas personas que tienen miedo a las muñecas, las de tamaño natural dan miedo, mucho miedo.

- Hola - me dijo sonriendo como si fuera inocente y no supiera nada sobre esas extrañas cuerdas. - ¿Cómo te llamas? ¿cuánto tiempo llevas aquí? ¿cómo moriste?

Acosadora. Eso es lo primero que pensé.

*Nota añadida posteriormente: me quedé corto*

- Nelfanth - por qué respondí no tengo ni idea... Mentira. Fue su adorable carita, su suave sonrisa y la bonita vista que tenía de su esco..... Rostro, eso, rostro.

- ¿Puedo llamarte Nel? - Se agachó a mi lado con un elegante movimiento, quedando al lado de mi cara, algo bastante cómodo para mi porque no podía moverme mucho. - Puedes llamarme Lily.

Tengo un nombre, me lo pusieron mis padres y me gusta, no puedes venir, invadir mi mansión, impedir que recorra cómodamente mi mansión, entrar en mi estudio y acortarme el nombre.

- Vale

... No digáis nada... Na-da, ¿entendido? Es difícil pensar cuando tienes el pe.... La cara de una chica tan cerca de la tuya y puedes oler la dulce fragancia de su perfume.

- ¿Podemos ser amigos? - Lo dijo con tanta inocencia que estoy seguro de que tiene trampa. Aún no sé cuál....

*Nota añadida posteriormente: en mi defensa diré que no era tan fácil de ver dónde estaba, el problema no estaba en sus palabras....*

- ¿Amigos?

- Sí - La forma de moverse de sus coletas cuando asintió con la cabeza fue demasiado adorable. No pensaba que el pelo humano pudiese ser tan liso, brillante, suave y ligero. Vale, lo de suave lo supongo, no he tenido la oportunidad de tocarlo.

- ¿Puedes soltarme? No creo que los amigos suelan hablar con uno de ellos atado de pies y manos.

- Pensé que te escaparías sin hablar si no te ataba - que alguien me explique por qué el atar a la gente parece algo normal y natural cuando lo dice ella...

- Si me despiertas de golpe es normal - esperé a que me soltara.

- Ya está - sonrió al desatar la ultima cuerda y yo me quedé embobado con su sonrisa infantil - Nel, dime, ¿Cuántos años llevas muerto?

De nuevo su curiosidad me atacaba... Pero claro, soy un joven saludable, pienso antes en chicas guapas y monas que en mi propia seguridad... Soy un idiota.

- No lo sé, he perdido la cuenta

- Oh.... Y... ¿Cómo moriste?

- Tampoco lo sé - y ahí mi tercer error.

El primero fue el subestimar a esa chica, el segundo no escapar, el tercero admitir que no sé cómo llegué aquí...

Sus ojos brillaron de forma extraña, muy extraña... Esos ojos azules claros casi blanquecinos que tanto me atrajeron la primera vez que los vi me dieron miedo... Me siguen dando miedo... No puedo cerrar los ojos sin ver esa intensa mirada que me dirigió.

Tal vez en otra persona me hubiese parecido un claro interés hacia mi persona en una potencial fan pero no en ella.

¿Qué hice? Recobrar mis sentidos y huir atravesando el sofá, el suelo, pasando entre el suelo de un piso y el techo del otro hasta llegar a mi cómodo, reconforta le y seguro escondite.

Es pequeño, lo sé, pero... Es seguro y eso es lo que importa.



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