Escribir esta historia me resulta muy entretenido, el pobre Nel me cae genial. Es la primera vez que intento escribir una historia de esta forma, narrando en primera persona desde el punto de vista de alguien que sabe lo que ha pasado pero no lo que pasará... Espero que os guste.
Repetiré esto una y otra vez, si os decidís a dejar un comentario lo agradecería muchísimo. Dejo de escribir ya y os dejo leer
Nunca pensé que diría o escribiría esto desde que desperté como fantasma.... Querido público, tengo sueño.
Ya sentí lo que es estar cansado y querer dormir pero es que ahora es peor, no es sólo el estar cansado es que he perdido la cuenta de las veces que he bostezado y.... ¡empiezo a tener ojeras!
De verdad, que no es broma, ¡que de verdad empiezo a tener sombras oscuras bajo mis preciosos ojos! ¡Resaltan demasiado contra mi pálida piel bronceada!
Ya sé lo que estáis pensando "eres un fantasma, qué importa tu aspecto?" Mucho, importa mucho, todo chico quiere estar presentable delante de una chica hermosa.
... Sé que da miedo y tal pero la muñequita sigue siendo muy guapa y mi orgullo no me permite aparecer delante de ella con este aspecto (de verdad que es por eso, no es que me de miedo y no quiera que me vea)
Otro motivo por el que no quiero salir con este aspecto es esa sonrisa burlona que pone el mayordomo pelirrojo cada vez que me "ve". Sí, entre comillas porque al parecer no necesita que entre en su campo visual para saber que estoy ahí y comenzar a burlarse de mí con esa sonrisa socarrona y de superioridad que parece ser tan natural en él... ¡Que eres un mayordomo, muestra mas respeto por el dueño de la mansión!
No aguanto más encerrado en esta estancia tan pequeña, voy a dar una vuelta a ver si encuentro algo con lo que quitarme estas ojeras.
Que alguien me diga exactamente por qué he salido.... Ah, sí, para buscar algo que me quitara las ojeras, lo acabo de leer.
Pues bien, mis queridos lectores que probablemente nunca sean capaces de pedirme un autógrafo cuando se publique mi biografía (porque la editarán y publicarán, seguro), a este paso mi vida no va a durar mucho.
Os explico.
Cuando dejé el cuaderno escondido donde siempre atravesé la pared que da al estudio. Es una buena sala para pasar el rato, es acogedora, no demasiado grande pero cómoda y agradable. Con un escritorio, varias estanterías repletas de libros (aunque no llega ni a la décima parte de los que hay en la biblioteca) y un sofá, el sofá más cómodo en el que me he sentado y tumbado en toda mi vida.... Lo cual tal vez no signifique mucho ya que no he salido de la mansión... Pero da igual, es muy, muy cómodo y ya.
A lo que iba, tenía la idea de ir al baño a buscar algo de maquillaje de ese para disimular las ojeras a ver si funciona en fantasmas pero el cómodo sofá me estaba llamando.... Sus mullidos cojines, la confortable sensación, la calentita y suave manta doblada a un lado... Manta que no había visto desde que estoy en esta mansión pero no le presté atención a ese detalle.
Me senté, ahuequé los cojines, me tumbé en una postura la mar de cómoda y me tapé con la manta, dispuesto a dormir... Y pasé por alto el sonido de unos pasos acercándose, total, la llave del estudio siempre ha sido mía.
Olvidé que los anteriores inquilinos cambiaron la cerradura pocos días antes de huir de la mansión.
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