La doncella del mar 23

Disculpad por el retraso, puse mal la fecha en la programación...

¿Qué piensa la Abuela sobre el sueño? Aquí lo tenéis.

... Se me hace raro el escribir Abuela con mayúscula. Obviamente no es el nombre de la sirena, pero es igual que cuando en una tribu llaman al chamán o al anciano, es el cargo que ocupan pero lo siguen llamando así hasta que al final su nombre anterior no tiene importancia. Por eso es Abuela y no abuela... ¿se entiende o me he rayado pensando eso?

La Abuela se quedó pensativa y Nsra no podía dejar de pensar en la voz dolorida de aquél hombre.

No habían sido pocas las veces que se había despertado con lágrimas en los ojos al soñar con esa parte.

- Hija… – Dijo la abuela rompiendo el silencio. – Sabes que son pocas las sirenas que nacen como tales, ¿cierto?

- Sí. – Respondió la joven. –Nhra es una de ellas.

La Abuela asintió.

- Cierto. – Dijo con una sonrisa. – Una gran jovencita.

Nsra no pudo evitar sonreír. Nhra era realmente la nieta de la Abuela.

- Pero volvamos al tema. – La anciana volvió a poner una expresión seria. – La gran mayoría de nosotras nacimos como humanas y en algún momento de nuestra vida nos convirtieron en sirenas.

Nsra lo sabía, se lo habían dicho unos meses después de despertar.


Sabía que era cierto porque había visto cómo le salvaban la vida a una humana cuando se estaba ahogando en el mar y había aceptado que ella era una más de esas humanas que se ahogaban porque no recordaba absolutamente nada previo a su despertar en la casa de coral rodeada de sirenas.

- Hija, nuestros nombres nos los pone la sirena que nos rescata, podría decirse que es como una nueva madre para nosotras y porque, en cierto modo, estamos unidas a ella con un lazo similar al de la sangre.

- Cierto. – Respondió Nsra asintiendo con la cabeza. – Pero nunca nos llegan a decir a quién le debemos la vida.

- Correcto. Eso es para que no nos sintamos en deuda con ella… Pero también es para que no recordemos.

¿Para no recordar? Nsra se quedó en silencio.

- Si nos dijeran quién nos salvó cabría la posibilidad de que, inconscientemente, relacionáramos a esa persona con el momento en el que nos estábamos ahogando y recordáramos ese momento. –

Continuó la Abuela. – Estar ahogándose es un recuerdo traumático que ninguna quiere recordar, aunque al cabo de un tiempo igualmente recuperamos fragmentos de los recuerdos.

- ¿Fragmentos?

- Sí, hija, fragmentos. Si los juntamos y recordamos o no depende de nosotras. – La anciana hizo una pausa. - ¿Quieres recordar o prefieres olvidar la vida que tuviste?

Nsra dudó por un segundo, pero inmediatamente respondió.

- Quiero recordar.


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