Comenzando las clases de nuevo... Espero tener tiempo para seguir escribiendo la historia y en algún momento poder retomar la de Estrellas gemelas.
Por ahora un nuevo fragmento de La doncella del mar.
Cuando llegaron a la superficie el sol ya se había puesto.
Las sirenas nadaron hacia la costa evitando las zonas en las que los pescadores continuaban con su jornada.
- Por aquí. – Dijo Nsra nadando hacia un acantilado.
Las otras dos sirenas la siguieron, sorprendiéndose al encontrar una playa en un cabo situado tras el acantilado.
- ¡Guao! – Exclamó la pequeña al ver la escena. – ¡Es hermoso!
La arena de la playa parecía brillar a la luz de la luna, en contraste con el oscuro mar que reflejaba la noche estrellada. Tras la playa, una escalinata tallada en el acantilado ascendía hacia lo que parecía el jardín de una mansión. El edificio de paredes blancas se alzaba orgulloso en la noche con sus amplias ventanas y sus balcones de piedra tallada.
Nsra miró fijamente el edificio y unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
- Nsra… - Dijo Nrya al ver llorar a su amiga. – Esa mansión es…
- Sí. – Respondió la pelirroja sabiendo lo que quería decir su amiga. – Es… Era mi hogar… - Se corrigió recordando que ya no era humana.
- ¡Nsra! – Canturreó Nhra. – Hay luz en las habitaciones, tal vez podamos ver a alguien.
Al oírlo, Nsra se giró hacia uno de los balcones del primer piso.
La puesta del segundo balcón por la derecha estaba abierta. Las cortinas se movían llevadas por la brisa marina y la luz se filtraba a través de ellas.
Una sombra se movió dentro de la habitación.
- ¡Sí que hay alguien! – Exclamó Nrya mientras cogía a la sirena más pequeña y la llevaba tras una gran roca. – ¡Nsra! ¡Ven! – Llamó a su amiga al ver que no se movía.
- Voy… - Murmuró Nsra sin moverse mientras observaba fijamente la silueta que se dirigía hacia el balcón.
- ¡¡Nsra!!
Nrya nadó a toda velocidad hacia su amiga y la arrastró hacia la roca para esconderse a la vez que una chica pelirroja salía al balcón y observaba hacia el horizonte.
- Leira… - Murmuró Nsra con una melodía triste.
Anterior Siguiente
Se huele un encuentro...
ResponderEliminarYa veremos, ya veremos...
Eliminar