Estrella oscura es la segunda parte de Estrellas gemelas pero narra lo sucedido más de un siglo antes, lo que en realidad pasó cuando apareció el pueblo oscuro en Atharan.
Publico esto porque hace tiiempo que lo tengo escrito (casi tanto como el inicio de Estrellas gemelas) y es un extra para crear expectación XD pero el resto de la historia la publicaré cuando termine Estrellas gemelas o, al menos, cuando se descubran algunas cosas.
Espero que os guste.
El día
había sido agotador, como todos los anteriores. Como todos los días desde que
cumplió los siete años. Estudios sobre la historia del país, un poco de
economía, idiomas, simulaciones de conflictos, tácticas de guerra y entrenamientos
de esgrima y artes marciales eran el pan de cada día para el joven príncipe.
Pero
como cada noche, a pesar del cansancio, había salido a la terraza del palacio
para ver el cielo. Le gustaba observar el cielo nocturno, esa forma natural y
hermosa de combinar los elementos más opuestos: la oscuridad y la luz
Desde pequeño le había fascinado el firmamento
nocturno, un manto de oscuridad cubierto con pequeños puntos de luz titilantes
que le concedían una gran hermosura al cielo. Le gustaba pensar que los dos
opuestos no estaban condenados a luchar entre ellos, que se podían entender y
mantenerse en equilibrio.
Aquella
noche había luna llena y la gran esfera plateada recortaba el cielo nocturno
iluminando el jardín del castillo dándole un brillo plateado a las sombras,
otro efecto de la unión entre luces y sombras. Aun así nadie se dio cuenta de
la oscura silueta que se deslizaba por el jardín hacia la fuente de los héroes.
Aquella
fuente que representaba el centro de los jardines reales había sido y era el
punto de reunión de toda la gente de palacio y el lugar donde se contaban todos
los cotilleos e historias de palacio y el exterior, puesto que de vez en cuando
llegaban mercaderes junto con narraciones fantásticas sobre otros reinos.
‘En tal
reino ocurrió…’ ‘Pues en tal otro…’ ‘Yo he oído sobre una persona que…’ ‘Te has
enterado de las hazañas de…’ la fuente era un bullicio de narraciones donde los
más pequeños esperaban con gran ilusión que volvieran los mercaderes para
hacerles más preguntas sobre algún héroe y saber qué pasaba después, hacia
dónde iba o qué pasaba con la princesa del reino al que acababa de salvar.
En fin,
aquella fuente era un lugar en el que tanto mayores como pequeños disfrutaban
por lo que un antiguo rey decidió convertirla en un monumento a aquellos héroes
que habían luchado y defendido el reino que tanto amaban. Pero ni tan siquiera
las estatuas de los héroes pudieron ver a la misteriosa figura antes de que
esta desencadenara el fin de la tranquilidad y la rutina.
El
pequeño príncipe seguía mirando el firmamento cuando entró en la terraza una de
las sacerdotisas del templo.
-Debe
darse prisa, príncipe.-Comunicó con voz urgente- Está ocurriendo algo muy
extraño en el templo.
-Enseguida
voy.- Respondió el príncipe dándose la vuelta sin llegar a ver cómo comenzaba a
aparecer una pequeña luna esmeralda junto al habitual disco plateado.
Los
pasillos del catillo estaban repletos de gente corriendo de un lado a otro
buscando a algún sabio capaz de determinar lo que estaba teniendo lugar en el
templo. Había tanta tensión, miedo, urgencia e incomprensión en el ambiente que
hasta las estatuas de antiguos miembros de la familia real parecían observar al
príncipe con la misma duda y súplica que el resto de personas.
Tras
recorrer lo más rápido que pudo los largos pasillos del palacio hasta llegar a
la puerta que daba a la zona del jardín reservada a las sacerdotisas y los
sabios del templo.
Tras
adentrarse en los jardines el príncipe y la sacerdotisa pudieron al fin
observar los cambios que estaban teniendo lugar en los alrededores del palacio.
Una luz verdosa los iluminaba desde el cielo y unas extrañas flores azuladas
comenzaban a cubrir los setos y matorrales.
Alarmados
se dirigieron hacia la imponente estructura que se alzaba frente a ellos. El
templo del dragón había sido construido en la época en la que aquellos
imponentes seres habían poblado la tierra y les habían enseñado a los hombres
las costumbres de su antigua cultura.
Siglos
después de su desaparición, los dragones seguían presentes en la vida y en la
cultura de las distintas civilizaciones, por ello se habían mantenido intactos
los templos, siempre a la espera del regreso de sus constructores y su saber.
Pero en aquellos momentos el único capaz de entender el legado de los dragones
era el príncipe.
-¿Qué
está ocurriendo?- Preguntó el príncipe nada más cruzar la puerta
- No lo
sabemos, de repente la esfera comenzó a cambiar de color.- Respondió uno de los
sabios.
El
príncipe se giró rápidamente hacia la esfera situada en el centro del templo,
bajo la cúpula. La esfera era en realidad una llama de dragón encerrada en una
barrera mágica, había sido concedida por el último dragón guardián de aquél
país para protegerlo de cualquier peligro, pero la habitual llama anaranjada se
había vuelto esmeralda, y conforme iba pasando el tiempo se comenzaba a volver
azulada.
-¡¿Qué
significa esto?!- Exclamó el príncipe intentando buscar una explicación.
-¡Joven
señor!- Le llamó un soldado entrando a toda prisa en el templo.
-Cálmate.-
Ordenó el príncipe.-Di, ¿qué ocurre?
- Ha
aparecido una luna verde en el cielo…-Comunicó el soldado.
-Lo
sabemos…
-¡Pero
ha aparecido otra luna azul después!
-¡¿Cómo?!-
Exclamó el príncipe mientras se dirigía corriendo al jardín para descubrir una
tercera luna violeta además de la azul comunicada por el soldado y la verde ya
conocida.
-¿De qué
color es ahora la esfera?- Preguntó el príncipe con urgencia.
-Violeta…-
Respondió una sacerdotisa.
-Entonces
la esfera nos quiere avisar de la aparición de las lunas. ¿Por qué?
-¡Ahora
es roja!- Exclamó un sabio.
¿Segunda parte y empieza antes? ¡Qué lío!
ResponderEliminarP.D.: Sigo siendo el único.
A ver, es la segunda parte (se lee después de Estrellas gemelas) pero todos los sucesos de esta historia ocurren antes.
ResponderEliminarSería la precuela que sale después, aclara hechos de la primera y que, si te la lees antes, chafa parte de la otra historia.