Sé que aún no he actualizado la historia de La doncella del mar, pero no encuentro los dos capítulos y medio que había escrito en papel y tenía pendiente de pasar a ordenador. Así qué aquí os traigo, a petición de una amiga, la continuación de esta peculiar historia de fantasmas, espero que os guste.
Como siempre, agradecería los comentarios.
Buenos días, público en general. No sé quién va a leer esto, así que mejor lo hago genérico.
Es realmente útil ser un fantasma y no necesitar un descanso de forma muy seguida, preparar trucos nuevos lleva su tiempo y cuando nadie se molesta en avisarte de que vas a tener nuevos compañeros de piso hasta el día de antes, pues como que tiempo es de lo que menos dispones.
¿Por qué ninguno de los que han sido dueños de esta casa piensan un momento que sería decente y de buena educación avisar al pobre fantasma para que pueda prepararse? Si no fuera por las cotillas de las vecinas nunca me enteraría a tiempo para preparar un buen show.
Esta vez he llegado por los pelos, pero he podido ensayar y si no tropiezo o me enredo con algo este va a ser mi mejor espectáculo hasta la fecha.
Oigo abrirse la verja del jardín, hora de comenzar la función.